Casi medio centenar de senadores republicanos alertaron a Irán, en una carta divulgada el martes, de que un acuerdo sobre su programa nuclear que no sea aprobado por el Congreso estadunidense caducará en cuanto el presidente Barack Obama deje la Casa Blanca en menos de dos años.
La carta con la advertencia, bastante inusual, está firmada por 47 senadores republicanos, entre los que figuran potenciales aspirantes a la Casa Blanca como Marco Rubio, Ted Cruz y Rand Paul, y dirigida a los líderes del régimen iraní.
Cualquier acuerdo respecto a su programa de armas nucleares que no haya sido aprobado por el Congreso será considerado nada más que un acuerdo ejecutivo entre el presidente Obama y el (líder supremo iraní), ayatolá (Alí) Jamenei”, advierten los senadores.
El próximo presidente de Estados Unidos podría revocar tal acuerdo ejecutivo con el trazo de su pluma”, añaden en la carta.
Los senadores remarcan que, según la Constitución estadunidense, el presidente tiene la potestad de negociar acuerdos internacionales, pero el Congreso “juega el significativo rol de ratificarlos”.
ENFURECE LA CASA BLANCA
En respuesta a la carta, el presidente Barack Obama acusó a algunos republicanos de querer “hacer frente común” con las voces “de línea dura” en Irán, después de que senadores de ese partido enviaran una carta a Teherán para alertar de la posible caducidad de un acuerdo sobre su programa nuclear.
Es algo irónico ver que algunos miembros del Congreso quieren hacer frente común con la línea dura en Irán. Es una coalición poco habitual”, dijo Obama a los periodistas al comienzo de su reunión con el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk.
Previo a las declaraciones de Obama, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, sostuvo en su rueda de prensa diaria que se trata de “la continuación de una estrategia partidista para socavar la autoridad” del mandatario en política exterior, así como el eventual acuerdo entre Irán y la comunidad internacional.
La prisa hacia la guerra o, al menos, hacia la opción militar (contra Irán) por la que muchos republicanos están abogando no beneficia en absoluto a Estados Unidos”, advirtió Earnest.
El vicepresidente Joe Biden también criticó con fuerza a los legisladores que respaldaron la carta.
Biden dijo en un comunicado que la carta estaba “expresamente diseñada para debilitar a un presidente en funciones en medio de delicadas negociaciones internacionales” y que era “indigna” del Senado.
Esta carta, con la apariencia de una lección constitucional, ignora dos siglos de jurisprudencia y amenaza con minar la capacidad de cualquier futuro presidente estadounidense, ya sea demócrata o republicano, de negociar con otras naciones en nombre de Estados Unidos”, escribió Biden.
El vicepresidente dijo que no podía recordar otra instancia en la que los senadores escribieran una carta semejante para aconsejar a otro país, mucho menos a un adversario de larga data.
A su vez, la ex secretaria de Estado de Estados Unidos Hillary Clinton fustigó a los senadores republicanos por la misiva, diciendo que o intentaban ayudar a Teherán o buscaban dañar al comandante en jefe estadunidense.
Clinton, una posible aspirante a la nominación presidencial del Partido Demócrata, dijo que el Gobierno de Obama está en medio de intensas negociaciones por una solución diplomática para evitar que Irán obtenga una bomba nuclear y que entregue acceso sin precedentes a su programa nuclear.
Y uno se debe preguntar, ¿cuál es el propósito de esta carta?”, dijo Clinton en Naciones Unidas.
Parece haber dos respuestas lógicas. Estos senadores intentan ser útiles a los iraníes o buscan dañar al comandante en jefe en medio de una campaña de diplomacia internacional en la que hay mucho en juego. Cualquiera de las respuestas desacredita a los signatarios de la carta”, agregó.
Irán y representantes del Grupo 5+1 (Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido y Rusia, además de Alemania) completaron la semana pasada una nueva ronda de negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre el desarrollo nuclear iraní.
Ambas partes reconocieron avances en las reuniones, que marchan bajo la premisa de que Irán reducirá su capacidad nuclear para evitar sospechas de un eventual uso bélico a cambio del levantamiento de las sanciones económicas que Occidente mantiene sobre el Gobierno iraní.
El plazo impuesto por los negociadores expira a finales de junio, pero ambas partes se comprometieron a que, para cumplirlo, hay que alcanzar un acuerdo marco antes de que termine marzo.
En una entrevista con la cadena CBS transmitida este domingo, Obama consideró posible que se logre un acuerdo con Irán si se puede “verificar” que ese país no está desarrollando armas nucleares.
El mandatario estadunidense señaló que el próximo mes será clave para determinar si el régimen iraní es “capaz de aceptar” un acuerdo que consideró “extraordinariamente razonable” y si, como defiende, su programa solo tiene fines pacíficos.
Mientras, con un polémico discurso ante el Congreso estadounidense, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió la semana pasada al Gobierno de Obama de las consecuencias que, a su juicio, puede tener “un muy mal acuerdo” con Irán sobre su programa nuclear e insistió en que Teherán siempre será “un enemigo” para ambos países.