Descubren que el copiloto Andreas Lubitz padecía depresión

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El copiloto del Airbus A320 de Germanwings, Andreas Lubitz, sufrió una grave depresión hace seis años, y desde entonces tenía un seguimiento médico regular, reveló el diario alemán Bild.

El copiloto de 28 años tuvo “un episodio depresivo grave” en 2009, y siguió un tratamiento psiquiátrico, afirma el diario, que tuvo acceso a documentos de la autoridad alemana de supervisión del transporte aéreo.

Desde entonces, el joven había sido sometido a un “tratamiento médico particular y regular”, añade el diario, según el cual esta información fue transmitida a la LBA por Lufthansa, la casa matriz de Germanwings.

Andreas Lubitz, además, parece haber ocultado a su empleador las pruebas de una enfermedad, incluyendo que un médico le excusó de trabajar el día en que estrelló un avión de pasajeros contra los Alpes, según dijeron este viernes fiscales alemanes.

Los indicios provienen del registro de las viviendas de Lubitz en dos ciudades alemanas, donde las autoridades buscaban una explicación de por qué estrelló el Airbus A320, matando a las 150 personas que iban a bordo.

Estas notas de enfermedad, en las que los médicos excusan a sus empleados de trabajar, son habituales en Alemania y se conceden también por enfermedades menores. Herrenbrueck dijo que otros documentos médicos encontrados indicaban “una enfermedad preexistente y tratamiento médico apropiado”, pero no una nota de suicidio. Tampoco había indicio de que hubiera motivaciones políticas o religiosas para las acciones de Lubitz.

Germanwings, una filial de Luthansa, declinó hacer comentarios sobre la nueva información.

Los investigadores se llevaron varias cajas del apartamento de Lubitz en Duesseldorf y la casa de sus padres en Montabaur, cerca de Fráncfort.

Una fuente alemana de aviación dijo que el expediente de Lubitz en la Oficina Federal de Aviación contenía una nota “SIC”, lo que implica que necesitaba “evaluación médica regular específica”. Esa nota podría referirse tanto a un problema de salud físico como mental, pero la fuente —que habló bajo condición de anonimato al no estar autorizada a difundir la información— dijo que el archivo no aclaraba cuál.

Sin embargo, los vecinos del copiloto describieron a un hombre en excelente estado de salud.

Definitivamente no fumaba. Se cuidaba mucho. Siempre salía a correr. No estoy seguir de si corría maratones, pero estaba muy sano”, dijo Johannes Rossmann, que vivía a unas pocas casas de distancia de la vivienda de Lubitz en Montabaur. Los fiscales de Duesseldorf, que lideran el lado alemán de las pesquisas, declinaron hacer comentarios sobre las noticias con fuentes anónimas, indicando que el proceso sigue en marcha.

El director ejecutivo de Lufthansa, Carsten Spohr, dijo que se había producido un receso de “varios meses” durante la formación de Lubitz hace seis años, pero no entró en detalles. Tras ese descanso, indicó, Lubitz “no sólo pasó todas las pruebas médicas, sino también su formación de vuelo, todas las pruebas y controles de vuelo”.

La Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense había entregado a Lubitz un certificado médico de tercera clase. Ese certificado requiere descartar problemas psicológicos como psicosis, trastorno bipolar y trastorno de personalidad, “que son lo bastante severos como para haberse manifestado de forma repetida en acciones visibles”.

Ese documento también implica que no se determinó que sufriera ningún problema mental que “haga a la persona incapaz de realizar con seguridad los deberes o ejercitar los privilegios” de una licencia de piloto.

Los investigadores franceses que dirigen la investigación del siniestro creen que el joven, de 27 años, se encerró en la cabina y estrelló a propósito la nave, contra las montañas el martes durante un vuelo entre Barcelona y Duesseldorf.

Germanwings, una operadora de bajo coste del grupo Lufthansa, estableció en Marsella un centro de asistencia a las familias de las víctimas.

En estas horas oscuras, toda nuestra atención recae en el apoyo emocional a los familiares y amigos de las víctimas del vuelo 9525″, indicó el director ejecutivo de la operadora, Thomas Winkelmann.