Precios de huevo y pollo subieron 17 veces más que el minisalario

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Los precios al consumidor del huevo y de la pechuga de pollo han aumentado 17 veces más que el salario mínimo en los recientes tres años, de acuerdo con un estudio del Observatorio de Precios, que elabora la organización El Barzón.

En marzo de 2012, el kilo de huevo costó 14 pesos, pero aumentó 185.5 por ciento a un precio actual de 40 pesos. Hace tres años, la pechuga de pollo se vendía a 25 pesos por kilo y ahora se compra a 70 pesos, un incremento de 180 por ciento.

Por el contrario, el salario mínimo aumentó apenas 10.7 por ciento desde 2012. Muchos de los productos de la canasta básica y de los que más consume la población mexicana han sufrido significativos aumentos de precios, impactando en la capacidad adquisitiva de las familias mexicanas, más aún en las que tienen un ingreso de un salario mínimo, de 2 mil 130 pesos al mes, como sucede con un alto porcentaje de mexicanos, señaló El Barzón.

Explicó que la población con un salario mínimo o que no recibe un sueldo al día no ve para cuándo se estabilizarán los precios. En cambio, las empresas que controlan los mercados elevan sus ganancias.

La organización agregó que los concesionarios de los medios de comunicación masiva buscan aumentar sus ganancias mediante la publicidad de los alimentos chatarra. El negocio de los productores de esos alimentos y de las televisoras se basa en que ofrecen a precios en apariencia económicos, induciendo al consumidor a preferir un producto empaquetado, de fácil acceso y supuestamente accesible para satisfacer el hambre, consumiendo una enorme cantidad de calorías y azúcares que provocan obesidad y diabetes.

El Observatorio de Precios afirmó que el alza de los precios de los alimentos es desmedido, y que la carestía no se limitó al huevo y a la pechuga de pollo.

Destacó que desde marzo de 2012 a marzo de 2015, el kilo de jitomate aumentó 14 veces más que el salario mínimo, el de la chuleta de res siete veces, y el del camarón se incrementó cuatro veces más que el minisalario.

En la actualidad, una familia mexicana necesitaría 402 pesos para comprar un kilo de huevo, de pechuga de pollo, de camarón, de chuleta de res y de jitomate, cuando hace tres años sólo requirió 215 pesos.

El Barzón indicó que a la especulación en el precio de estos cinco alimentos se añade la expectativa de un encarecimiento por el efecto de la devaluación del peso sobre el costo de importar bienes manufacturados y alimentos y, en algunos casos, por la posibilidad de aumentar las exportaciones de bienes agropecuarios con mayores márgenes.

A pesar de que el Banco de México ha concluido que las devaluaciones no se trasladan a los precios, El Barzón advirtió sobre una espiral inflacionaria por la depreciación de la moneda mexicana, debido a la aplicación de una política de estabilización, que se basó en la contención de precios internos mediante importaciones.

Abundó que el cambio en la paridad no se desarrolla en esta ocasión a partir de una coyuntura, sino por un conjunto de factores como la caída en la producción y de los precios del petróleo, la creciente posibilidad de un alza de tasas en los mercados internacionales y la dependencia de la política económica con respecto del ingreso de divisas.

Esto significa que la debilidad del peso podría ser más prolongada y será inevitable su efecto sobre los precios internos, alertó El Barzón.