El gasto que se destina al desarrollo social del país, como salud, educación y protección social, cada año es una significativa parte del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF); en el 2015 representó 59%, por un monto de 2.15 billones de pesos.
Jorge Chávez Presa, director general de ITG Consultoría en Finanzas Públicas, expresó que el problema no es que se invierta en programas sociales sino que no existe un seguimiento sobre su desempeño y contribución al mejoramiento de las necesidades de las sociedades más vulnerables.
“Tenemos que acabar con la impunidad presupuestaria (…) el problema radica en que no cuestionamos los gastos y ésa es la razón por la que muchos gastos se vuelven innecesarios. Tenemos que cuestionar, por ejemplo, qué está sucediendo con el gasto en educación que no está rindiendo”, expuso.
En este sentido, refirió que en el 2014 el gasto en desarrollo social representó 11.9% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en el 2000 apenas era de 6.4%; es decir, aumentó 5.5 puntos porcentuales y los resultados de la mayoría de los programas no han sido tan eficientes.
Quien fuera director general de Política Presupuestal y jefe de la Unidad de Política y Control Presupuestal de Hacienda explicó que el gasto en educación es el que mayores recursos absorbe de lo que se destina a desarrollo social. En el 2014 representó 3.7% del PIB, mientras que en el 2000 fue 3.2 por ciento. En el 2009 representó 4% del PIB, el nivel más alto en el periodo de análisis.
De acuerdo con la última información del Portal de Transparencia que data del 2013, en Educación Pública se registraron 59 programas presupuestarios que están a cargo de la Administración Pública Federal.
Programas sin evaluación
De éstos, 15 no tienen información acerca del desempeño; mientras que 19 tienen un nivel de desempeño medio-alto, tres programas tuvieron un desempeño alto, 18 un nivel medio, tres un nivel medio-bajo y un programa se calificó con nivel bajo.
Por ejemplo, el programa Ciudades Patrimonio Mundial, cuyo objetivo es promover y difundir el arte y la cultura, no registró un desempeño alto o bien un indicador que muestre de qué ha servido el dinero que se destinó. Desde el 2015 percibió 150 millones de pesos.
Otros programas que no registran ningún tipo de información para que se evalúe su desempeño son Prestación de Servicios de Educación Inicial y Básica Comunitaria, para el cual se destinaron más de 4,440 millones de pesos; también, el Programa Nacional de Becas, que recibió más de 15,199 millones de pesos y se registra sin información.
Programas ocasionan más endeudamiento
Chávez Presa criticó que, debido al crecimiento del gasto en desarrollo social, el gobierno tiene que recurrir a la deuda para fondear las finanzas públicas del país.
Indicó que del 2000 al 2014 la deuda pasó de 1.3 a 2.9% del PIB, pero en el 2015 ya representaba 3.4 por ciento.
“Las luces rojas del presupuesto se vinieron encendiendo desde hace varios años, pero gracias al aumento del precio del petróleo se tomó otra perspectiva. Cada vez estamos financiando más el presupuesto con deuda”, mencionó.