Poeta, escritor, editor, teatrero, músico, hombre con un asumido show interno, Oscar Tanat se define a sí mismo como un permanente explorador de sus propias posibilidades personales.
Abarcar y profundizar en ellas es lo que persigue en un país de tranquilidad esquiva al que trata de definir todos los días.
“Por un lado estamos viviendo en una apatía generalizada, y me incluyo. Es muy mexicano eso, hasta que no estamos al borde, no nos levantamos.”
Dice Oscar sobre estos tiempos flamables, violentos, deprimidos, convulsos de 43 desaparecidos y de políticos que llegaron a presidentes por guapos y de políticos que se pusieron “guapos” con el erario público.
“Estamos al borde y nos gusta llorar, lamentarnos, mentar la suerte. Como si fuera una ranchera de José Alfredo. Hay una resignación permanente, estamos acostumbrándonos a resignarnos, a decir, bueno, nos quitaron esto o aquello, pues ya no los quitaron.”
“No se ve cual es nuestro limite. Como mexicanos nos están probando a cada rato.”
Antropólogo de carrera y creador de la Banda Sonora Imaginaria, agrupación semidarketa de música de sottware, Tanat es también autor de los libros digitales Burdeleria, Pornolexicografía y anales de poesía y Acerca de la morte.
Pareciera que en Tanat existieran unas genuinas ganas de molestar, de contrariar, las cuales contrastan con sus formas suaves y hacen recordar a aquel grupo maldito de escritores oaxaqueños que encabezó y que si no cambiaron nada, por lo menos se la cotorrearon chido, los postcorrientistas.
“El Postcorrientismo es una teatralidad. En el pasado surgieron todas las corrientes artísticas y todas tenían grupos, un manifiesto y se ostentaban como transgresores, el postcorrientismo era una parodia de eso.”
Explica Oscar y cuenta que todo vino de un “¿porque nosotros no podemos hacer lo mismo?”, de decirse transgresores, que la gente se lo creyera y que incluso de verdad los llegara a odiar.
“Surgen los antagonistas y entonces se cumple la función de un grupo manifiesto, donde la parodia trasciende a la realidad.”
El postcorrientismo surge en 2010, en una borrachera en Tehuantepec, en la cual se vieron involucrados lTanat y los escritores y poetas Saúl Díaz Parra, Jesús Rito García y Alfonso Carballo.
“Estábamos hartos de la literatura de egos donde la banda llega, se toma el cafecito en lugares de prestigio y no te hablan o te hablan cuando quieren. Entonces dijimos, pues vamos a fingir que somos muy chingones.”
Con Mahra Ramos, Andrés S. Victoria y Alejandro Aparicio llegando después, los postcorrientistas se subieron a un barco al que Tanat mira como un asunto que terminó convirtiéndose en una cosa bastante seria, legitimado a través de otras personas.
“Fue asunto integracionista y empezó a ser sonado en varios lados. Es bastante reconocible en Tijuana, en Chiapas, por lo menos hasta donde hemos rastreado.”
“Un amigo, Jehovanny Elorza, decía, -los postcorrientistas no se llevan con los pintores, no se llevan con los músicos, no se llevan con los otros poetas. Arruinaron el postcorrientismo- , aunque la verdad creo que se lo pirateó de alguien más.”
Una corriente sin corriente, con los escritos de todos sus integrantes significándose disímbolos en su contenido, buscando en su falta de unidad el principio de su transgresión, el postcorrientismo llevó a Tanat a trabajar más en sus “arrancones del estado de ánimo”, que es como ha bautizado a su método de trabajo.
“Procuro ser muy técnico, tramar un trabajo minucioso con el lenguaje, buscar, escarbar. Hoy en día los poemas me salen más rápido que antes y no es porque tenga ideas más brillantes sino porque a lo largo de muchos años me las he habido con el lenguaje.”
“Siguen siendo arrancones, pero ya con herramientas que estoy tratando de dominar, como la musicalidad.”
Oscar considera que todo verso aunque sea libre tiene algo de musical, que el propósito es pues conseguir una cadencia. Preguntarse si el poema será un hardcore, o una balada, o un electrodark.
Asumidamente contradictorio Tanat también mira a la diferencia como un arma de dos filos, “a veces esta chingón no tener conciencia de ella.”
Sobre el poder vivir de escribir, el entrevistado dice que pensaba “que estaba cabrón y que en realidad lo está.”
“Aunque también tiene sus virtudes, me llega mucha chamba de edición y corrección de estilo.”
Cuenta el poeta y aduce que esas cosas pasan cuando alguien descubre que te la vives en el lenguaje todos los días
“El sistema educativo de este país no ve a la lectura y redacción como algo lúdico, sino como un asunto ortodoxo. Por lo que resulta aún más necesaria esa gente que se dedica a rehacer los textos.”
Aunque confiesa que ya no ve tan bien, el poeta declara que le gusta editar las letras de los demás. Labor que comenzó en el Jolgorio Cultural, publicación mensual de guía cultural de la Fundación Alfredo Harp Helú desaparecida el año pasado.
“Fueron cuatro años de satisfactoria experiencia. Editábamos y escribíamos lo que era de nuestro natural interés, aunque muchas otras cosa eran solo del interés de la fundación.”
Situación que Oscar y el sentido común consideran natural si se trata de la publicación de la Fundación Cultural de un magnate.
“Alguna vez saque cosas sobre Dead Rock, subgénero del gótico de los ochentas” recuerda Tanat añorante y recuerda que lo satisfactorio se volvía complicado cuando el consejo editorial de el Jolgorio creía que era necesario difundir ciertas cosas y la Fundación no.
“Era lógico. Al final fue una experiencia formativa, hicimos más de cuarenta números. Me dio la posibilidad de crecer, fue un espacio que sirvió para cambiar mis aspiraciones.”
Tanat remata observando que por lo menos en el Jolgorio no lo explotaron, como sí lo hicieron en un periódico donde ya no veía la luz del sol y de cuyo nombre prefiere no acordarse.
A estas alturas Oscar tiene claro como escritor, que el deseo de que te publique una editorial para que ganes dinero es una ilusión.
“Nunca va a suceder, la editorial sabe que con la poesía va a perder dinero.”
Aun así el poeta mira a la cultura como una de las cosas que menos va a morir en este país, “aunque no haya dinero u apoyos siempre va a haber grupos, colectivos que van a sacar la chamba.”
“Lo traemos muy incorporado. En Oaxaca hay un chingo de artistas, la mayoría trabajamos sin varo, pedimos prestado o no comemos con tal de sacar lo que tenemos que sacar.”
“Esta y más crisis puede traer un boom cultural que después traiga un cambio de conciencia mayor Nos van a tener tan en el hambre que no nos va a quedar otro remedio que expresarnos.”
Tanat se expresa mensualmente en un blog llamado “Basuras cuidadosamente escogidas”, que ya va por las once mil vistas, situación que refrendé hace unos días cuando leí en Facebook que Oscar había sufrido una apendicitis.
“Es la segunda vez que le pasa, pero afortunadamente ya está mejor.” le escuche decir muy preocupada a una conocida de la que por el color de su ropa ya sospechaba que le gustaba el darks.
No cabe duda, Oscar Tanat tiene su pegue, su arrastre, y sobre todas las cosas. Su fuelle.