Arte y erotismo: dos universos polisémicos

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“El arte en sus múltiples manifestaciones siempre genera movimiento y provoca pasiones, inclusive perversas, por ello tienen muchos significados ya que supone giros que la norma social puede ver con maldad”, fue la frase con la Xabier Lizarraga, antropólogo físico inició su participación en la XIV Semana Cultural de la Diversidad Sexual, en la cual reflexionó sobre la forma en que el arte erótico tiene muchos significados.

El también profesor del Instituto Nacional de Antropología e Historia explicó que el arte, al ser provocador, permite que volquemos la pasión en el otro, este nunca se produce o reconoce en el vacío ya que tiene una historia plural que la antecede, por ello desde la elección del color hasta el más sutil movimiento son susceptibles de convertirse en un mensaje; en este sentido, las obras de arte se abren a una multiplicidad de experiencias de pensamiento.

El especialista afirmó que el arte abstracto es subjetivo y adquiere diversos significados debido a que no se reconocen formas concretas y en este sentido todo lo que supone un mensaje subjetivo y provocador puede ser considerado arte, por ello, puntualizó que lo estético no se limita a lo bello o armónico.

El autor de Una historia sociocultural de la homosexualidad afirmó que el arte como sensual y sexual se desarrolla cuando hay alguien que mira la obra, recibe un mensaje y lo resignifica.

A su vez, explicó que el arte erótico no hace referencia a la pornografía pero la frontera es frágil porque ambos provocan sensibilidad, sin embargo, mientras el erotismo tiene una connotación positiva porque expresa placer, la pornografía es descalificada por la norma moral social.

En este sentido, ahondó, lo erótico se muestra en un espacio digno de luces y admiración mientras que lo pornográfico se presenta en privado aunque en ambos existen perversiones que despliegan un abanico de placer.

Al respecto, añadió que en un orden hegemónico, la censura es solo su forma de imponer, por ello se piensa como agresivo un coito sin fin de reproducción, y por ende, en ese sentido, la pornografía es mal vista porque no ha superado esa censura del orden social del momento.

Por esa razón, afirmó que los seres humanos no solo somos sensibles sino también sexuados por la biología. “El animal humano es movido por una tendencia al hedonismo” que solo nos hace buscar el placer”.

Para el doctor en antropología, arte, sexualidad, erotismo y pornografía implica pensar, sentir, hacer y desear las filias y las fobias, no solo en cuestiones culturales sino emocionales que estimulan no solo al creador de las obras sino también provocan, y alteran el orden al perceptor, afirmó el antropólogo y activista.

De esta manera, argumentó que el arte y erotismo tocan y trastocan los cuerpos sacudiendo a los sujetos sociales, por ello, las obras de arte son un encuentro y desencuentro que depende de nuestras experiencias sexo eróticas.

A manera de conclusión, aseveró que en la vida humana el deseo no se puede controlar ya que escapa de nuestra propia persona.