El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, dijo que la corrupción y la impunidad han provocado indignación y un sentimiento de desconfianza a nuestras instituciones y de fractura en el Estado de derecho.
Además, dijo, hay una percepción de lejanía e indiferencia de las autoridades ante los reclamos de la sociedad, generando un desencanto.
Al suscribir un convenio de colaboración entre la CNDH y el gobierno de Morelos, el ombudsman nacional señaló que reconstruir la confianza ciudadana en las instituciones demanda un arduo trabajo, ya que sin ella se afecta gravemente la legitimidad de las mismas. “Una verdadera cultura de derechos humanos tiene como mejor garantía para su protección a instituciones legítimas”.
En el acto, realizado en las instalaciones de la CNDH al sur de la ciudad, González Pérez recordó que la Comisión Nacional, en sus 25 años de existencia, ha contribuido a generar una conciencia en la sociedad y en las autoridades sobre la importancia y necesidad de que se respeten los derechos humanos, visibilizando abusos, logrando que los mismos no queden impunes y propiciando que los derechos fundamentales se tomen en cuenta en las políticas públicas.
Señaló que la labor de concientización de la CNDH se encuentra, en gran medida, en sus recomendaciones, informes y documentos que tienen una influencia educativa para los funcionarios públicos y la sociedad en general, por lo cual su aceptación y cumplimiento evidencia el compromiso de la autoridad con los derechos humanos, al no permitir que haya impunidad.
En un comunicado, el presidente de la Comisión Nacional advirtió que no basta la aceptación de la recomendación, sino que es necesario su cumplimiento para reparar a la víctima su derecho violado y lograr que los actos que dieron origen a la violación no se repitan. “En particular, la atención a las víctimas adquiere enorme relevancia, porque son el centro del dolor y de la indignación en nuestro país”, dijo.
Puso de manifiesto que la autoridad a la que se dirige una recomendación debe ver en ella una acción de colaboración y no de reproche. “Su propósito es lograr un mejor funcionamiento de la administración pública. En este sentido –añadió–, el Ombudsman no es antagónico a las autoridades ni a los poderes públicos; por el contrario, a través de su actividad y del ejercicio de sus atribuciones, coadyuva a la lucha contra la impunidad, así como a depurar, fortalecer y consolidar las instituciones. En reciprocidad, los gobiernos deben fortalecer a los Ombudsman atendiendo oportunamente sus solicitudes de información y documentación que les dirigen y cumpliendo las recomendaciones”.
