Sergio Gutiérrez, artista plástico, mira a la luz como esa caja de resonancia que absorbe y refleja, con nueve dibujos de grafito sobre papel con formatos de dos cuarenta por dos metros, que se estarán exhibiendo durante el siguiente mes, en el museo del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).
Percibir –Manipular es el nombre de la exposición y las dos acciones que como ejes construyen la obra. El autor explica que todo empezó con la idea de querer percibir elementos lumínicos, donde usaba su taller como un filtro arquitectónico en el cual la luz entraba con sus propios y a veces inexpugnables códigos.
Un viaje a Argentina, donde se encontró en condiciones no acostumbradas, fue para Sergio el detonante que faltaba.
“En la cordillera de los Andes, la luz cambiaba a cada distancia enorme, conmigo envuelto en viajes que me llevaban todo el día”.
“Percibía como el mismo espacio iba intensificándose y cambiando. Como en un giro del mismo carro, explotaban las variaciones”.
Sergio se dio cuenta que ponía más atención a la luz, en relación a como esta amanecía en su propio trayecto, concentrando su atención el como esta se colaba de variadas formas a lo largo de un solo día.
“Comencé a pensar mucho sobre la luz como un evento cíclico, absolutamente cotidiano, pero complejo por la cantidad de factores que lo van filtrando”.
De su viaje regresó tranquilo pero su ojo ya no fue el mismo, aventurando sus percepciones sobre las ventanas y la longitud de los techos y las puertas.
“No quise recrear la experiencia del viaje, la cual era ya irrepetible e inasible. Me limité a analizar los cambios de intensidad y las saturaciones, ideas con las que empecé a decidir qué hacer”.
Gutiérrez observa que el grafito es el material que en realidad absorbe y refleja, certezas y reflejos que siempre lo llevan a hacerse preguntas.
“¿Qué pasa si mi formato de trabajo se encuentra en los límites de lo que me sobrepasa y todavía sigue siendo mi propia escala?”
Para Sergio los enormes dibujos expuestos son acciones y consecuencias que tienen que ver con su ángulo de visión y el límite de sus propias percepciones.
“Es un recorrido que invita al espectador a realizar, detener y reiniciar su propio trayecto”.
