En la lógica de la negociación, la mesa de diálogo con el gobierno del estado que los maestros han logrado no tiene futuro porque es difícil negociar en condiciones adversas. La correlación de fuerzas, por segunda vez en este siglo, no opera a favor de la organización magisterial.
Por lo menos en esta ocasión, no serán los repertorios de siempre, marchas y plantones, los que habrán de devolver la iniciativa al movimiento. Pero habrá que entender también que todavía los maestros tienen cuerda para rato si es que son capaces de trascender sus inercias egoístas e ir a recuperar, de modo inteligente, su antigua alianza con la sociedad.